“Los factores éticos de un investigador, deben enmarcarse dentro de: la honestidad de sus afirmaciones y la exposición de sus teorías, con unas condiciones mínimas de dignidad y calidad”.
Juana Ojeda de López
Cuando se trabaja a partir de fuentes vivas la duda sobre la ética y el manejo de datos siempre puede ser un lío. En mi caso, el núcleo de mi proyecto entrecruza historias sobre geografía con un tema polémico: “la muerte”. En una zona que se ha visto golpeada por el conflicto armado, las narraciones sobre asesinatos y desaparecidos poseen un riesgo medio. Creo que el anclaje que puede ayudarme a manejar el tema con cuidado se vincula con el trato de la información y las reflexiones: 1. Anonimizar fuentes; 2. Modificar fotografías para que las personas no sean identificables; 3. Recortar entrevistas y mantener un dialogo con las personas participes del proyecto sobre la realización del trabajo; 4. Ser muy claro en las cosas que pueden aparecer y en las que no; 5. Manejar recursos fuera de las fuentes vivas que ayuden a desplazar la atención de personas en particular. Esas son estrategias que se me ocurren para poder proteger a mis fuentes y reducir los riesgos éticos.