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Fuentes y Referentes

Se espera realizar entrevistas tanto a quienes participaron en la curaduría de la exposición desde la Fundación Puntos de Encuentro (la fundación creada por el artista, Juan Manuel Echavarría), así como también al equipo que, desde el mismo Museo de Arte Moderno de Bogotá participaron en el proceso. Es esencial analizar los elementos que contaron para hacer la selección que finalmente apareció en el MAMBo, ya que se visibilizan así ciertos discursos.

En este caso, debido a que se espera ver el impacto como tal de la exposición, estas entrevistas están dirigidas al análisis de las percepciones de actores que no necesariamente estuvieran ligados a la curaduría misma pero que hubieran sentido y/o vivido su influencia. En este sentido, están dirigidas a escuchar las voces de asistentes en distintos momentos (noche de apertura, jornadas normales, visitas guiadas, etc.), de los guarda salas de la exposición, de miembros de otros equipos del museo o de la fundación, etc. Esto, además con el fin de identificar el tipo de interacciones que se pudieron dar en estos espacios.

En la misma línea del caso anterior, se espera ver el impacto, ahora especialmente en sus visitantes, específicamente poniendo el punto de atención en sus impresiones tangibles más inmediatas, a través de los libros de visitas para la exposición, que estaban dispuestos en distintas zonas de los mismos.

La posibilidad de entender la curaduría y su impacto, también se puede encontrar en las dinámicas de reproducción y de visibilización hechas de manera posterior a la exposición misma. Esa reproducción puede darse con respecto a los actores participantes, a la escena misma y frente a las imágenes de las obras en sí misma. En este sentido, reseñas, escritos académicos, publicados en instituciones relevantes en el ámbito nacional (como la Universidad de Los Andes), o artículos en periódicos de amplia circulación como El Espectador, se vuelven clave para entender estas dinámicas.

Las obras se convierten en la materialización de esa curaduría, son la evidencia de ese proceso y dialogan siguiendo la misma dinámica que la curaduría en si misma. En este sentido, son una pieza clave, ya que además, desde este punto, más material, es que el análisis del impacto de la curaduría puede verse también en la posibilidad de relacionarlo con el patrimonio cultural mueble: ¿la materialización, a través de las obras, de un discurso asociado a la memoria e incluso a la configuración de identidades, llega a tener un mayor reconocimiento por parte de un público que, si bien no está acostumbrado a ellas, tiene el poder de legitimar esas nuevas historias? En este orden de ideas, con base en los elementos anteriores, el énfasis debe estar precisamente en esas obras más mencionadas e impactantes, en esos puntos comunes de la memoria de los espectadores.

Este punto está pensado como medio de complementar las visiones, los imaginarios y aproximaciones “puente” entre curaduría y patrimonio.

Se trata de los ensayos que hacen parte de la explicación y el proceso detrás de algunas de las obras que se presentaron en la exposición, en especial alrededor de la colección correspondiente a “la guerra que no hemos visto”, ofrecidos por la Fundación Puntos de Encuentro.

Es clave enmarcar esta discusión con respecto a otras experiencias asociadas. Esto no solo a nivel nacional, sino también viendo la problemática del patrimonio cultural mueble, el arte y la curaduría artística, también en ámbito internacional.