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Vallenato y paramilitarismo

Desde épocas de Bonanza Marimbera hasta la actualidad, la estética del vallenato paramilitar ha estado permeada por la idea de derroche y ostentosidad. A finales de la década de los noventa, las Autodefensas iniciaron su proyecto de expansión y consolidación de una estructura paramilitar en la zona norte del país, especialmente el bloque Norte del Magdalena Grande.

El contrabando, narcotráfico y la aparición de grupos insurgentes fueron variables que apoyaron la idea de vallenato vinculado al paramilitarismo. Así mismo, podría decirse que estas variables fueron los principales actores del conflicto armado en este periodo temporal y que muchas de las dinámicas de estética paramilitar tuvieron origen a partir de sucesos vinculados a estas. Hacia finales de la década de los 80s el Caribe atraviesa el auge del narcotráfico en la Sierra Nevada de Santa Marta. En esa misma década, el fenómeno paramilitar se ve fortalecido por estas acciones en reacción a la expansión territorial que había tenido las FARC en la zona norte. No obstante, el vallenato no fue el único género que reforzaba socialmente la idea de dominio y control del territorio, debido a que los narcorridos empezaban a tener protagonismo en el proyecto político de las AUC.

AUC en el bloque norte del país. Foto de referencia: León Darío Pélaez, revista “Semana“. Recuperado de: https://www.elespectador.com/judicial/las-viudas-que-dejo-jorge-40-no-han-podido-volver-a-sus-tierras-article/

Por otra parte, resulta imposible ignorar los nexos entre el control territorial de los latifundistas regionales, el narcotráfico y el paramilitarismo. El vallenato tuvo y tiene lugar como la creación de una estética reforzada en la identidad paramilitar y sus vínculos con el poder social, económico y político.

Nojoda, ¡viva la tierra paramilitar!

Poncho Zuleta

Sobre viva la tierra paramilitar de los Hermanos Zuleta:

Aunque algunas secciones de la canción resultan inaudibles e incomprensibles, se denota el tipo de apología que hacen los Hermanos Zuleta al paramilitarismo. El registro de la parranda vallenata inicia con una serie de disparos y un grito de pecho hinchado que claramente dice:

Nojoda, ¡viva la tierra paramilitar! al son del acordeón.

En el vídeo completo se aprecia la instrumentalización del género para amenizar acciones beligerantes a través de parrandas vallenatas.

Uno de los recursos característicos del vallenato fue el mecenazgo, es decir, la acción de secundar, financiar o patrocinar proyectos artísticos a cambio de renombre y reconocimiento. En el caso del vallenato, esta dinámica sobrevive hasta la actualidad y cada vez es más propia dentro del género. De hecho, es importante mencionar que fue a partir de la década de los setentas que, con la estética del derroche y demostración de capacidad adquisitiva que introdujo la Bonanza Marimbera, que se empieza a impulsar el vallenato y la mención de nombres o saludos por parte de los cantantes. Así lo menciona Rodríguez Lizcano en su tesis “Cantando narramos, cantando reconocemos, cantando resistimos”.

Es común que los personajes constantemente mencionados en las canciones de artistas como los Hermanos Zuleta, el Binomio de Oro, Diomedes Díaz e hijos, Peter Manjarrés, Silvestre Dangond y demás, sean políticos o personas que poseen nexos con la parapolítica colombiana.

Así bien, aparece este tipo de vallenato como un contra-argumento al campesinado y el vallenato social, este vallenato paramilitar estaba totalmente permeado por la narco-estética y la parapolítica. Se denota que mientras estaba desarrollándose la idea de un vallenato con estas inclinaciones políticas tan claras, las AUC estaban tomando control de lugares del Caribe como los Montes de María. Por tanto, era una muestra significativa de poder que había que evidenciar a través de herramientas simbólicas como la música.

Las parradas ostentosas son una respuesta inmediata para separar a las élites del pueblo y de lo popular. En el vallenato de la élite económica del caribe se reparte whisky y ron a tutiplei mientras se usa al cantante en el escenario para repetir la canción- las veces que sean necesarias- bajo la justificación de que esa es la que le gusta al dueño de la parranda.

Las huellas del periodo de la Violencia en la música vallenata son imborrables y no puede darse una sola lectura al respecto. El imaginario marimbero y las prácticas asociadas a la Bonanza estuvieron reforzadas en las canciones vallenatas que en las décadas de los setentas y ochentas apelaban principalmente a la cultura popular. Esto a pesar de que estuvieron influenciadas fuertemente por la apropiación de las élites económicas en la evolución del género.

Titulares de prensa de la época dan fe de las noticias de violencia e incautación de cargamentos de marihuana durante la bonanza. Recuperado de: https://contextomedia.com/canciones-de-la-bonanza-marimbera-las-huellas-de-una-epoca-de-violencia-en-la-musica-vallenata/

Adicionalmente, la cultura de la Bonanza también ofrecía la mirada de “superación económica” que amparó a algunos campesinos que construyeron su patrimonio a punta de cultivo de marihuana. Es decir, algunas personas de la clase rural pudieron verse beneficiadas por el contrabando y los cultivos ilícitos y de ese modo proyectar una imagen de “nuevo rico”. La canción Lluvia de Verano de la autoría de Hernando Marín Lacouture e interpretada por Diomedes Díaz y Juancho Rois, trae a colación la historia de uno de los marimberos más famosos de Riohacha: Lisímaco Peralta Pinedo. En la canción está representada la vida de Peralta, en donde narra la pobreza familiar que atravesó durante muchos años y el cambio económico que le posibilitó la marihuana (Martínez, 2021).

Lluvia de Verano, Diomedes Díaz.

Ya no tengo ni penas ni sufrimientos
ya se fueron como el viento huracanado
y las penas que me ardían dentro del pecho
de penas y sufrimientos se alejaron
ya no quedan ni siquiera los recuerdos
y si vienen ya son lluvias de verano.

Canto, río, sueño y vivo alegre
canto, río, sueño y vivo alegre,
al que le duela, que le duela
si se queja es por que le duele
al que le duela, que le duela
si se queja es por que le duele

Yo aprendí en el diccionario de la vida
a conocer las mentira de la gente
menos mal que yo he sido un hombre valiente
que aunque sangre no me duelen las heridas
por que tengo mi experiencia conseguida
mantendré siempre levantada la frente

Por que fuiste como lluvia de verano
por que fuiste como lluvia de verano.
Y al que le pique, que le pique,
por mí que se siga rascando
y al que le pique, que le pique,
por mí que se siga rascando

Las lluvias del verano no son frecuentes son carrizos que refleja el tiempo malo y si vuelve una de las que me dejaron reconcilio por que no si soy valiente que no digan las mujeres que soy malo malas ellas que buscan su mala suerte



Tengo talla de hombre mujeriego
tengo talla de hombre mujeriego
como Lisímaco Peralta
voy a cambiar de comedero
como Lisímaco Peralta
voy a cambiar de comedero.