
«Oh, Dios, yo podría estar confinado en una cáscara de nuez y creerme rey del espacio infinito». Hamlet. Acto II, escena 2.
A nivel espacial partimos ante todo del concepto de cine expandido de Gene Youngblood. Para este autor,
Cuando decimos «cine expandido» nos referimos verdaderamente a la conciencia expandida. Cine expandido no significa películas computarizadas, monitores de fósforo, luz atómica o proyecciones esféricas. Cine expandido no es una película en absoluto: tal como la vida, es un proceso de transformación, el viaje histórico en curso del hombre para manifestar su conciencia fuera de su mente, frente a sus ojos.
(Youngblood, 2012)
Desde que concebimos la idea de llevar a cabo una obra artística que partiera de Hamlet, un texto cuyo uno de sus ejes centrales es la conciencia, y que como tema secundario plantea el problema de la representación al poner al mismo Hamlet a dirigir una obra dentro de la obra, tuvimos la intuición de que el espacio escénico/artístico debía dar cuenta de la manifestación de esa conciencia sobre cada aspecto que ocupara un lugar en ese espacio. La pregunta que surgió de inmediato fue, ¿pero de quién es la conciencia que se manifestará? ¿La de Shakespeare? ¿La del personaje Hamlet? ¿La mía? Después de reflexionar y empezar a hacer bocetos y pruebas de lo que se quería probar, se llegó a la conclusión de que el espacio de esta instalación teatral es el lugar en el que convergen todas esas conciencias nombradas más la de los actores/performers, los músicos y, sobre todo, la conciencia de cada espectador. De allí empezó a surgir la necesidad de un espacio para recorrer, no para observar únicamente (como en le teatro tradicional). Un espacio en el que distintos medios y personas se iban a ver inmersos para cotejar sus diferentes puntos de vista sobre los mismos objetos, las mismas acciones, las mismas imágenes, los mismos sonidos, pero vistos todos desde lugares parciales. El artista de video y teórico Chris Meigh-Andrews lo describe como:
Alejarse de los patrones centrados en la visión ocular de la contemplación a distancia y el desarrollo de una forma de experiencia multisensorial, caracterizada por un incremento en las dinámicas motoras, el involucramiento físico y la autorreflexión fenomenológica
(Meigh-Andrews, 2013)
Al decir de Youngblood, este proceso debía ser muy cercano al de la vida, es decir, un proceso de transformación. Es por esto que tomamos como otro eje fundamental para cada aspecto de la obra, pero en particular el del espacio, los términos de formatividad y producción (y en especial el de forma-formante) de la teoría de la formatividad de Luigi Pareyson y Gianni Vattimo. Desde esta perspectiva estético-filosófica, ponemos el acento en un proceso productivo en el que no existe una forma artística antes de ser formada. Este enfoque nos permite observar que el desarrollo de este trabajo en general y del espacio en particular requiere de la prueba y el error, del ensayo, de la experimentación para ir descifrando o descubriendo el dispositivo espacial escénico y los medios y técnicas que deben acompañarlo o que mejor se acoplarán para este trabajo.
Proponemos, entonces, a manera de hipótesis, un espacio liminal que articule los conceptos de presentación, representación y conciencia. El término liminal, viene del latin limen, que se refiere a un límite o un umbral. Es un espacio de transición o transiciones, un lugar intermedio (o intermedios) que permite la movilidad y el cambio, y se relaciona con el rito de pasaje, que implica una muerte.
El umbral es el tránsito a lo desconocido. Más allá del umbral, comienza un estado óntico totalmente distinto. Por eso el umbral siempre lleva inscrita la muerte (…). Quien traspasa el umbral se somete una transformación.
Byung-Chul Han (2017)
Ese lugar liminal es el mismo lugar del fantasma, el del padre de Hamlet, aquello que es y no es al mismo tiempo. Y también es ese lugar de «entre» que ocupa Hamlet: entre matar o no matar, entre vengar o no vengar, entre suicidarse o no suicidarse, entre ser o no ser. Buscamos trasladar esas sensaciones de margen al espacio que recorren y habitan los espectadores y los artistas por un breve espacio de su vida.
La liminalidad es una situación de margen, de existencia en el límite, portadora de cambio, propositora de umbrales transformadores.
Ileana Diéguez (2007)
Se plantea entonces una suerte de instalación en la que se encuentran dispuestos diversos objetos a la manera de un museo/mausoleo (Elkin Rubiano) o galería de arte, incluyendo el propio cuerpo de los ejecutantes. Los asistentes podrán recorrer el espacio y vincularse con los objetos de manera táctil y sonora. Y luego, ese mismo espacio, los objetos, las imágenes, la música y el sonido serán activados y resignificados por la acción y la palabra del actor/performer, que a su vez, transformará la visión (o la conciencia) del espectador con su accionar. El cómo será esto, es lo que la forma formante del proceso, de esta obra en movimiento, nos irá susurrando.

Si los muertos regresan, es porque su muerte no quedó bien simbolizada, porque no están adecuadamente enterrados (…) En estas circunstancias, el arte se ha convertido en un sustituto funcional del ritual funerario (…) Museo y Mausoleo son inseparables en este contexto, pues el arte llega con la tumba o para declarar su ausencia, de ahí que con frecuencia llegue con el sacerdote, el forense o el sepulturero.
Elkin Rubiano (2023)
Cabe agregar que concebimos este espacio también como un lugar de encuentro con el otro (actor, performer, espectador, voces), dentro de lo que Jorge Dubatti (2003) denomina la práctica convivial y que, en nuestro caso, se extiende a lo que el mismo autor luego llamará el tecnovivio (voces grabadas, actuaciones virtuales mezcladas con cuerpos presentes, etc.). Esta práctica se entiende como un encuentro de presencias en un tiempo dado para compartir un rito de sociabilidad, y que es lo que otorga también una dimensión política a este espacio/encuentro.

Para cerrar este apartado sobre el tratamiento del espacio queremos resaltar y afirmar que ésta página de internet se convierte hoy en una extensión más del espacio de la obra o, mejor, de la conciencia compartida de Shakespeare, Hamlet y de los participantes/autores de esta obra, que se unen en el espacio de la realidad virtual para seguir desarrollándose y formándose hacia caminos inesperados, y que se completa y potencia con la lectura que usted está haciendo de ella.
El trabajo con el texto / El actor/performer y la dirección / Los objetos / El sonido / La imagen/ La música / El público / La iluminación / La producción
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