«Te ruego que recites el pasaje tal como le he declamado yo, con soltura y naturalidad (…) que la acción responda a la palabra y la palabra a la acción». Hamlet. Acto III, escena 2.
Hamlet es una obra meta-teatral en la cual se discute sobre el oficio del actor y de la dirección, así como sobre diferentes estilos de actuación y el objetivo del arte del teatro en la sociedad. Como explicamos en «La Ratonera – Desarrollo del dispositivo escénico como instalación escénica«, Hamlet lleva a cabo una obra de teatro dentro de la obra de teatro que ya estamos viendo y observamos la manera en que dirige a los actores y cómo adapta el texto para lograr los resultados que espera obtener sobre el público y, más específicamente, sobre Claudio, su tío, el asesino de su padre. En la cita de la obra con la que comenzamos este apartado se ve claramente las indicaciones técnicas que el príncipe da a los actores, siendo uno de los pasajes más bellos y cargados de humor al referirse al modo de actuar de algunas compañías o cierto tipo de actores de ese momento. A su vez, en el segundo acto, vemos que Hamlet tiene un gran talento para la interpretación actoral al encontrarse con los cómicos y recitarles de memoria todo un fragmento de una obra. Hamlet es un actor. Pero además de esto, la obra está cargada de referencias y situaciones que aluden al hecho de que también en la vida cotidiana misma se actúa y se aparenta constantemente y para diversos propósitos. Hamlet dice a su madre que él no está aparentando su dolor, y que todos esos vestidos negros (alusión al vestuario) que se usan para el luto y los ademanes de dolor sí son apariencias que usan otros, mientras que su dolor lo lleva por dentro. Por otro lado, asistimos a un performance constante de Hamlet que entra y sale del papel de loco, ya que informa a Horacio, su mejor amigo, que desde ese momento (justo después de que el fantasma de su padre le indica que fue asesinado y lo debe vengar) él afectará su comportamiento de manera extraña, y en otros pasajes de la obra dice cosas como «me vuelvo a hacer el loco» o «yo realmente no estoy loco, sino loco por astucia». El lugar del actor y del performer es, desde este punto de vista, cercano al del espectro: es un territorio liminal entre ser y no ser, que se juega en el cuerpo del actor/perfomer; se es y no es Hamlet cuando se lo representa; se es y no es loco cuando Hamlet aparenta estar loco; se es y no es Juan Pablo Acosta cuando se representa a un personaje o cuando habla de sí mismo.
La condición de performer, tal y como se ha entendido en el arte contemporáneo, enfatiza una política de la presencia al implicar una participación ética, un riesgo en sus acciones sin el encubrimiento de las historias y los personajes dramáticos.
Ileana Diéguez (2007)
Es por esta riqueza en los diferentes niveles de actuación y representación que posee la obra que decidimos no hacer una versión clásica a nivel actoral, donde varios actores hacen los distintos personajes, se aprenden el texto y se representa la obra de Shakespeare, sino que quisimos indagar en la idea de un único actor/perfomer que entra y sale de distintos personajes y de su propia persona, convirtiéndose así también en un co-creador que pondrá mucho de su punto de vista personal y experiencial en la adaptación de la obra, en la elección de los objetos y en su interacción y relación con el público. A las capas de actuación y representación se suma entonces la de presentación, cuando los diferentes artistas participantes (incluyendo al director) hablan de sí mismos: un actante que fluctúa entre representante y productor de auto-representaciones, como diría Hans-Thies Lehmann (2013). A su vez, es el agente que dota de un nuevo sentido a los objetos en el espacio, que el público ha visto al comienzo del evento, mientras recorre el espacio. Elegimos trabajar con Juan Pablo Acosta, actor profesional, porque se requiere de una gran capacidad técnica para interpretar los textos que usamos de la versión original, pero que de igual manera pueda tener el arrojo y la sinceridad necesarias para exponer partes de su vida como persona y como actor en relación a los distintos temas que tocamos en esta instalación teatral. El proceso de creación desde la actuación y el performance ha sido de encuentros frecuentes en los cuales conversamos sobre distintos pasajes de la obra, elegimos entre los dos los textos que queremos explorar, se improvisa luego en el espacio y se asocia libremente experiencias tanto de él como mías sobre lo que estamos abordando, y se empieza a descubrir el desarrollo de la acción en relación al espacio, los objetos y el público (que imaginamos en ese momento). Los objetos y el espacio son también co-creados de acuerdo a las necesidades que van apareciendo tanto desde el lugar del actor, como el del director. Luego, lo que hemos hecho es probar esas hipótesis de escenas (o situaciones) en las clases de la maestría o en otros espacios que hemos explorado para poner a prueba el trabajo realizado. De este modo, ha sido un trabajo constante de «prueba y error» (de forma-formante) que nos informa sobre las posibilidades de este dispositivo actoral/performático.
Con estas pruebas, apareció también la necesidad o, mejor, la posibilidad de que otros cuerpos/personas actúen o intervengan en la pieza. En primer lugar fue la voz de Diego García, el chelista, que dejó de ser sólo un agente musical para jugar como partener de Juan Pablo/Hamlet en algunos momentos que requieren o le dan más fuerza a la situación explorada, y que a su vez, permite sorprender al público. En segundo lugar apareció la figura del sepulturero que, al tener un mundo tan propio y un territorio tan atractivo para explorar, se buscó a un actor que encarnara este personaje para probar la relación en escena con Juan Pablo/Hamlet. El actor que surgió -porque literalmente desde la dirección se pensó en él y al día siguiente se le cruzó en la Caracas con 26- fue Hernán Cabiativa. Se había pensado inicialmente que fuera sólo para un video en 360 para una mini instalación dentro de la instalación que sería con gafas de realidad virtual, pero, al no haber presupuesto, se hizo una improvisación el día de la muestra final del primer semestre. El resultado fue contundente y entrañable para varios espectadores, con lo cual se decidió conservar la participación de Hernán en el proceso y dejar para más adelante la realización del video. Hernán aparecía inicialmente sólo como «Actor» en la sección Los hombres del Lord Chamberlain, ya que era el único que sólo representaba un personaje, más no incorporaba su vida o presentaba su propia persona sin mediación de la ficción. Pero con el desarrollo del texto completo de la obra, también él tiene intervenciones que son requeridas desde su persona, y no desde el personaje. Y en tercer lugar encontramos que la participación del director Juan Luna también poseía un cierto grado de fuerza escénica al estar él mismo diciendo algunos textos, jugando con la actuación y dirigiendo todo el dispositivo en tiempo presente frente al público, tal como lo hace lo Hamlet con sus actores.
En cuanto la dirección, se planteó desde un principio que sea una dirección abierta a la exploración y a las propuestas de los demás artistas involucrados. Se parte de la idea de compartir una visión sobre la escena, pero se espera que los artistas complementen o multipliquen el sentido y estética de ese punto de vista. No se parte de una idea preconcebida con anterioridad y que hay que cumplir, sino que se confía en el proceso de una forma-formante, que se va enriqueciendo y mutando con los descubrimientos en ensayos y en los aportes de todo el equipo artístico e incluso, en el azar. Al ser una propuesta que involucra, hasta cierto grado, la participación del público, desde la dirección se abre espacio a que el azar de las intervenciones de los espectadores (así como de los actores y los performers), puedan transformar la forma base que tiene la obra. Por tanto, la labor del director es más la de un guía o un armonizador de distintos elementos sobre los que no tiene un control total.
El trabajo con el texto / El espacio / Los objetos / El sonido / La imagen/ La música / El público / La iluminación / La producción