Quiero agradecer en primer lugar a Andrea Lozano, decana de la Facultad de Artes y Humanidades, y a Pedro Salazar, director del Área de Artes Escénicas de la facultad, por haber confiado en mí y haberme dado la oportunidad de llevar a cabo esta Maestría en la Universidad de los Andes. Es una oportunidad única en la vida, gracias.
En segundo lugar quiero expresar mi gratitud por este año y medio de grandes aprendizajes a Carmen Gil, mi tutora de proyecto, y a todos/as los/las profesores/as de la Maestría, cuyos consejos y perspectivas enriquecieron y guiaron mi investigación cada semestre. Me siento muy feliz de haber compartido este proceso con ustedes.
En tercer lugar me gustaría agradecer a mi equipo de trabajo y a todas las personas que, de una u otra manera, estuvieron involucradas con este proceso y que, sin su aporte, no habría podido llevar a buen puerto esta aventura creativa: Juan Pablo Acosta, por apostarle desde el principio y arriesgarse a ser Juan/Hamlet y darle vuelo a esta empresa; Diego García, por esa generosidad para estar presente desde el comienzo con su exquisita música en el violonchelo y su aporte actoral; Hernán Cabiativa, por llegar con todo su humor, generosidad y actuación genuina para completar el equipo; a Julián Mora, gracias por compartir su historia y regalarnos una escena virtual actuada desde los Estados Unidos para el mundo; Sonia Rojas, por sumarse con entusiasmo desde las artes plásticas con su obra que enriquece y multiplica los sentidos de la instalación; Nicolás Miranda, por ser el editor de confianza y aportar con su experticia y mirada al material audiovisual de la obra; Estefanía Guarquín por toda su ayuda y compromiso para sacar adelante el proyecto a nivel de objetos y montaje; Luis David Cáceres, Renzo Rospigliosi y Andrés Blanco gracias por sus aportes y ayuda en la parte técnica y tecnológica de la obra; Venerable Tenzin Zumkar, padre Carlo Zardin y Juan Gabriel Ruiz por ese bello conversatorio desde distintas perspectivas filosóficas y espirituales sobre diversos temas en Hamlet; A Javier Amézquita por compartir su historia de vida conmigo; Juan Esteban Pérez y Mariana Vilardi por la grabación del conversatorio; a Fernanda Avendaño, Isabel Navarrete, Juan David Morán, y Esther Aragón por prestar sus voces para darle expresión sonora a tantos testimonios de ex combatientes anónimos que se vieron vinculados con la venganza; Antonny Rodríguez Brafina, gracias por regalarnos esas hermosas notas de la flauta de millo; Juana Monsalve por su generosidad para prestarme el looper cada vez que lo necesité; y al CIC por haberme otorgado el apoyo económico para poder terminar el proyecto.
Por último, pero con todo el amor, quisiera agradecer a mi madre y mis hermanos por estar siempre presentes apoyándome y dándome ánimo; a mi padre, que desde «el país de cuyas fronteras ningún viajero vuelve», me inspira y acompaña en este camino; y a Carolina Rojas por acompañarme, escucharme y ayudarme en todo momento.